Enfrijoladas
Immigrant's diary
jueves, 17 de marzo de 2011
Catarina en la planta de mi pie
Nunca he vivido un invierno como este. Casi cinco meses nevando, encerrada, odiando la nieve, con frío, soñando y soñando.
Me he quejado mucho en el facebook, no sé cómo puedo perder tanto tiempo ahí, pero no tengo nada más que hacer, y comunicarme con el resto de mi pequeño mundo me es más barato, de paso toda mi familia y mis amigos estan atentos a toda la serie de mamadas que escribo en tres líneas. Como 'Hoy hice chiles rellenos', 'Hoy me comí mi última tlayuda', 'lloro a mares con las películas tristes...' etc. Toda una serie de eventos tan comúnes que otros tiempos serían verdaderas chingaderas, pero aquí adquieren un sentido diferente.
Hoy fue un día realmente esplendoroso, estuve más de dos horas al aire libre y eso es lo más sano que he hecho en las últimas semanas.
Aproveché este día para hacer algo importante, liberar un chingo de catarinas. Ver todo blanco por todos lados, meses si ver la tierra o algo verde, es casi sinónimo de muerte. Resulta que en mi apartamento hace unas semanas encontré catarinas y conforme pasaron los días hubo más y más. ¿De dónde salieron? quién sabe.
Mi mejor amiga Yudis, que hace unos días regresó a Colombia, una vez en su apartamento me hizo sacar una mosca viva, según ella porque las moscas tienen tan corta vida y de paso con este invierno que lo mejor era extender su existencia en el mundo. Esa fue una gran lección, porque después de eso fui consciente que es cierto, cualquier persona a unos cuantos grados bajo cero se muere.
Hace unas semanas vi ladybugs por mi apartamento, fui incapaz de matarlas, aunque no puedo negar la incomodidad que me causaron al ver que se iban reproduciendo y cada día había más en las ventanas, pensé en soluciones no tan crueles, como aspirarlas.
Hasta hoy, que el día estuvo realmente bonito y llegamos a los 12 ºC se me ocurrió la gran idea de liberarlas.
Ahí me ven hablandoles a los animalitos, 'entra al vaso, no te voy a hacer daño, te voy a liberar...'
hace unos días puse en mi FB que era incapaz de matarlas y no tienen idea de la cantidad de comentarios que recibí, el más interesante fue que las pusiera en las plantas de mis pies. Así lo hice, y hace unas horas que subí la foto no faltó algún compa que dijera que estaba al borde de la locura. Le dije que en efecto, eso es cierto, estoy a dos pasos de la locura de las películas estúpidas gringas.
Este lugar es tan aburrido que hacer cualquier tontería, resulta una aventura fascinante. Por ejemplo, este sábado, terminé completamente peda con un litro vino, la noche anterior puse a mis amigos a jugar lotería con apuestas de diez centavos (un dime) y no saben las risas que causaron las cartas como 'la sirena' o 'el borracho'.
Ese sábado fui a la iglesia de Cristianos pentecostés y ahí me ven cantando y saltando, yo a diferencia de todos mis amigos que se pregonan ateos, tengo una disposición excelente para ir a misa católica y persignarme, cantar canciones pentecostés o escuchar respetuosamente los discursos de mi familia cuya iglesia es la de los Testigos de Jehová, incluso puedo decirles que sería capaz de cantar canciones judías y ponerme a bailar con la familia de la 'yellow house' (unas personas maravillosas con las que pasé la navidad) ¡shalom, shalom, shalom!
En la escuela soy la bufona oficial, por cualquier pretexto estallo en carcajadas o excedo mi disposición dramática para hacer numeritos de teatro.
Me he quejado mucho, pero no les he dicho algunas cosas importantes, porque no tengo palabras para describirlas, cosas que nunca hubiera conseguido si no hubiera llegado a este lugar.
Volví a creer, y digo volver creer en el mundo, en la gente que te rodea es algo hermoso.
Después de una desesperanza muy prolongada, el silencio, la abstinencia, ser monje, ser disciplinada, aprender a respirar, volver a sentir amor por todo pequeño detalle o personita, dieron vida a una parte de mí que creí innecesaria.
Es un proceso que comienzo y que estoy consciente, habrá dificultades pero también sucesos extraordinarios, uno de ellos, liberar a catarinas en uno de los primeros días de la primavera, una primavera muy deseada por mí.
Unas catarinas volaron al instante, otras les costó trabajo salir de vaso, tomaron su tiempo para caminar por el pasto, para volver a sentir el sol desde la tierra.
Así me sabe la libertad, uno medita mucho para emprender un vuelo seguro.
sábado, 19 de febrero de 2011
Contemplar los Museos en Nueva York
El primer museo que visité en Nueva York, fue el de Historia Natural, por recomendación de una amiga antropóloga, ahí me di cuenta que los animales no son tema que me interese demasiado, aunque está muy chingón el lugar y me tomé cientos de fotos en la sala de dinosaurios, no he contemplado la posibilidad de regresar.
En cambio, he ido tres veces al museo Metropolitano, uno de los lugares más vastos en cuanto a historia del arte y la humanidad, mi primera visita duró cerca de 4 horas, la segunda sólo entré al baño ,y la tercera estuve 5 horas.
He visitado el Museo de Arte Moderno (MoMA) dos veces, en un tiempo que no he medido porque debo aclarar este es mi favorito y ahí no escatimo tiempo.
El Museo del barrio terminó desilucionándome por su estrechéz, en menos de media hora ya había recorrido todas las salas que hablaban de la historia y construcción de Manhattan.
El único lugar al que curiosamente no pude tomar fotos fue en el International Center of Photography, un lugar pequeño en comparación con los tres primeros, pero dado mi interés por la fotografía fue una golosina.
Del museo del que salí con un terrible alboroto de hormonas, fue justamente el Museo de Sexo, como enajenada me quedé idiotizada viendo los fragmentos de las escenas famosas de películas eróticas, sitios web con curiosidades sexuales, sexo heterosexual, homosexual, las figuras femeninas porno memorables como la primer porno star latina, fotos de burlesque, las primeras animaciones sexuales, las figuras falicas y los roles sexuales que a simple vista no se ven en las principales casas productoras de dibujos animados, muñecos y juguetes sexuales, instrumentos de onanismo, incluso un cuadro de Picasso, las mangas eróticas japonesas y los animes porno, hasta una sala exclusiva para explicar la sexualidad de algunas especies animales, el tamaño y forma de sus órganos reproductores... nada del otro mundo, ¡pero qué interesante es verlo en un museo!
Al último que he ido fue al de Museo de Brooklyn, esta vez el paseo fue distinto, porque de todos mi recorridos pasados estaba acompañada.
Hablé de arte, cosa que nunca hago, y digo de arte porque se engloba toda apreciación artística, sea una pintura, una escultura, una canción, etc. No puse mucha atención al museo, porque esta vez no me interesó tanto como por quién iba acompañada.
Hoy al ver un fragmento muy chiquito de un documental de una cineasta de quién no he visto toda su filmografía, pero desde que vi parte del documental los Espigadores, me fascinó, recordé esa conversación en torno a la apreciacón del arte.
Agnes Varda habla de Rembrandt y su mano, la simple sutileza de comparar el horror de su edad , su mano y la pintura, me llevó a otro tema, pues comencé a buscar entre mi archivo de fotografías un cuadro de Rembrandt, tal vez ustedes hayan visto sus cuadros, pero el hecho que mi cámara, y mis ojos lo hayan contemplado me pareció genial, se imaginan un cuadro pintado en 1653, con casi 358 años de existencia y ahí sigue, inmortal, Rembrandt y Aristóteles, con el busto de otro más inmortal: Homero.
Mi pasión a veces se desborda en recuerdos literarios, que luego salté a una pieza coreográfica de mi maestro dramaturgo, innumerables veces he visto el video y me sigue provocando algo, me dice tantas cosas, que la apreciación del arte no necesita entender esto y aquello, sino es una actividad simple, como tomar agua, sin tanta ciencia, alivia la sed, el arte es contemplativa y alivia la sed del alma.
La pieza coreográfica es de Rolando Beattie y se llama Breve Filo, tiene una carga muy simbólica porque la música es tan nostálgica, tan sublime y visceral, que me provoca cierto placer mirarla lejos de Oaxaca, también se debe a que cuando los bailarines ensayaban, nosotros en la parte de trasera del teatro memorizabamos la que sería mi primera obra de teatro.
Este es el link:
Breve Filo
Podría hablarles que en el Museo de Brooklyn encontré también una sección feminista, donde en una sala en forma de triángulo equilatero, había un comedor grande, en cada lugar un mantel portaba el nombre bordado de una mujer (escritora, artista, personaje histórico), y la vajilla de cada lugar era un plato decorado simbólicamente con una vagina.
En esa misma sección, encontré una línea del tiempo con la vida de mujeres de importantes, entre ellas Sor Juana.
Esta vez con un poco de vergüenza, pero importándome poco ese hecho, recité en español mi soneto favorito de Sor Juana... y digo español, porque mi interloculor sólo habla inglés y francés.
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias atractivo
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes satisfecho
de que triunfa de mí tu tiranía;
que aunque dejas burlado el lazo estrecho
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía.
No hay motivo para nada, de haber razón para tanto, ni tema central de este post, esta vez no hay lección aprendida, ni siquiera nudo, ni siquiera historia, ni siquiera diré a quién dije el poema, no hay señales incluso de una verdad literaria.
Simplemente el hecho de ser parte de un acto artístico, simplemente contemplativo, que no intenta entender nada.
lunes, 31 de enero de 2011
Cosas bizarras...
Me gusta que me pasen cosas que me parezcan dignas de contarse, algunas me parecen lindas, otras totalmente bizarras como para darme una buena lección sobre prejuicios que tengo de hace años.
La noche del 24 de diciembre...
En estados Unidos para nombrar la época navideña, se utiliza el término ¡Happy holidays! no ¡Happy Christmas! La razón se debe a que el país está compuesto por inmigrantes, por tanto no todos son Cristianos, ni tienen la misma religión.
Una de las cosas más Bizarras que me pasó esta navidad fue que al salir de misa (católica, dónde por cierto me la pasé llorando) en la tarde, sin la esperanza de comer cena navideña, me topé con dos amables tipos que salían de un restaurant donde trabajaban.
Les hice unas preguntas y sin preverlo en dos minutos me invitaron a tomar té en su casa. Ahí comí una deliciosa cena y un té maravillo que me hizo recuperar el sentido del gusto, porque hacía semanas que no podía sentir nada, pensé que eran cristianos, porque ese día llegó mucha gente a la casa, pero después me dijeron que todos los viernes siempre hay cena para los miembros de la comunidad a la que pertenecen, toda la gente que conocí esa vez fue en exceso amable y cordial, luego me puse a investigar sobre la comunidad y resulta que son judíos.
Eso me pareció lo más bizarro que me haya pasado... navidad con judíos.
De esas cosas lindas...
Mi museo consentido de Arte es el MoMa, todo el arte contemporáneo está ahí... por tanto tiene las fotografías de mis personajes favoritos, justo en la sala donde hay una sección de Nan Goldin, estaba un guardia negro que cantaba en voz baja una melodía que me hizo pensar que las fotos adquirían otro sentido mientras el señor cantaba.
Es decir, la sensación artística se hacía como una perfomance viviente, ya no era sólo un museo donde la gente es simple espectadora, sino se hace parte de la obra en su contemplación misma. Esa vez me sentí tan contenta que le escribí una nota al guardia, 'You make the pictures more beautiful with your voice' (tu haces más bonitas las fotos con tu voz)...
El señor, después de su cara de pocos amigos me dio una gran sonrisa, donde también contemplé su dentadura blanca y cuando iba saliendo de la sala, me alcanzó para decirme que la canción se llamaba 'Love lift me up' (amor levántame)... pensé que uno es susceptible a todas las formas de amor cuando realmente se siente amado y sabes con seguridad que tienes a quién amar, aún cuándo lleve años sin novio.
De esas cosas cotidianas...
Hacía tiempo que no me metía al metro en Manhattan, esta última vez que fui, mi sentido de orientación estaba pésimo, todas la veces que intentaba regresar al hostel en la noche, fue un problema porque,el tren tardaba mucho y el puto frío era inclemente aún dentro de la estación, y cómo nunca puse atención al altavoz que te dice que debes transbordar, hubo una vez en que me quedé totalmente sola en la estación porque toda la gente escuchó el altavoz que decía que el tren, que yo estaba esperando, no iba a pasar y que debía transbordar a otra línea, así que todos se fueron y me quedé sola, mucho después, entendí qué era lo que estaba pasando.
Así que la siguiente ocasión, tomé mis precauciones y llevé conmigo una barra de chocolate con almendras y me propuse estar atenta a los anuncios del altavoz.
Mientras esperaba el tren, me senté en una banca, saqué mi barra de chocolate, a lado mío alguien dormía, después de husmear por mi reojo derecho, me di cuenta que podría ser un paisano mexicano, así que cuando se despertó le dije si quería un poco de mi chocolate, para el frío, le dije en español, el señor contento y sonriente lo aceptó, obviamente no les ofrecí al tipo del otro lado, porque los neoyorkinos citadinos son algo arrogantes y mi acto lo hubieran despreciado, me dio alegría que mi paisano me aceptara el pedazo de chocolate.
Cuando el tren llegó, él dijo gracias y me preguntó si tomaba cocacola, yo dije que sí, y el sacó una lata de refresco de su chaqueta, que yo acepté encantada, el día siguiente me tomé mi sabrosa cocacola con la comida que me había quedado del día anterior en el Bar 'Los amantes'.
De juegos infantiles...
En verano cuando jugaba a los árboles mágicos con la gorda, inventé una dinámica donde cada árbol tenía secretos que contarnos. Cada hoja que caía de los árboles era una respuesta o un secreto qué descubrir. Una vez una hoja me dijo que el amor de mi vida estaba en Brooklyn.
Mi última noche en Manhattan, me volví a perder en el subway, por enésima ocasión.
Esta vez crucé el puente que conecta la gran manzana con Brooklyn por vía metro, así que mientras consultaba mi mapa, decidí adentrarme a una estación grande donde pudiera encontrar una ruta de regreso y no tener que transbordar.
Llegué hasta una estación donde se conectan 6 líneas, y sin pensarlo, me dije que si ya estaba en Brookly y el amor de mi vida estaba ahí, pues habría que ayudarlo un poco poniéndome más cerca de su alcance, así que me dispuse a salir de la estación, eran las ocho treinta de la noche y las calles estaban desiertas, me dije que en cuanto encontrara un café entraría de inmediato porque no iba a aguantar mucho con 6 grados bajo cero.
Caminé siguiendo las luces de un edificio grande y bonito, en cuánto llegué me di cuenta que era un cine, no lo pensé dos veces y entré, vi 'Dark Swan' peli de Darren Aronosky, ¡oh qué película!
Pensé... el amor de mi vida está en la sala, o ¿es Darren Aronosky?, quién nació y creció en Brooklyn ¿o será Natalie Portman?, pero llegué a una conclusión más coherente... mi camino es el cine.
Esa noche me sentí tan contenta que al entrar de nuevo a la estación del metro para regresar, un judío me pidió ayuda para comprar su boleto, de lo contenta que me sentí le regalé un dólar y cuál libélula me puse a tararear la canción del lago de los cisnes y bailar... aquí nadie le importa si hago el ridículo, al fin y cabo nadie me conoce.
¡Qué risa me va a dar si consigo lo que siempre he renegado: un novio gringo y de paso judío! Después de todo no es tan malo, consigo residencia y además los judíos se caracterizan por ser ricos...
sábado, 20 de noviembre de 2010
Gustavo Arango y el origen de un escritor colombiano en México
REPORTAJE Y FOTOGRAFIA:
Viridiana CHOY
‘Atrás de un gran premio, hay un sin número de rechazos y fracasos.’ A esa conclusión llegó Gustavo Arango después de ser el autor ganador del premio Bicentenario de Novela en México, con la obra ‘El origen del Mundo’, publicado por Ediciones B.
Uno nunca sabe lo que el universo nos tiene preparado, pero la historia comenzó cuando busqué la oportunidad de ingresar a la Universidad de SUNY en Oneonta Nueva York, dónde en su matrícula académica encontré a un maestro colombiano, escritor, y docente de las materias de Español y Literatura Latinoamericana.
Cuando estás en un país con un lenguaje que no dominas y es la primera vez que sales de tu tierra, la necesidad de buscar alguien que hable tu mismo idioma, se vuelve una urgencia. Contacté a Gustavo Arango vía e-mail, le comenté que también me dedicaba al periodismo en México, y había llegado a Estados Unidos con la intención de aprender inglés. Lo conocí en la Escuela para adultos con el programa de enseñaza de inglés como segunda lengua (English Second Language) donde sin preverlo habríamos de ser parte de dos proyectos.
El primero sin duda fue el comienzo de una amistad alimentada por nuestro común gusto por la literatura, le hablé como perico solipsista de México, de mi Oaxaca linda y querida, de sus escritores, mis maestros, sus bibliotecas, sus libros, su periodismo, sus editoriales, sus problemas, sus posibilidades para publicar y entre toda esa maraña de información, surgió una pregunta ¿por qué no mandas tu trabajo a México?
Tras enviarle algunas direcciones electrónicas sobre editoriales mexicanas, la causalidad hizo que Gustavo encontrara el pretexto para víncularse con México, una convocatoria para el Premio de Novela con motivo del Bicentenario de la Independencia.
En agosto, mientras él se encontraba en Colombia, leí un mensaje en facebook: ‘Recibí excelentes noticias de tu país. ¿Ya sabes lo que significa el verbo to win?’
El segundo proyecto surgió justo también el mismo día que lo conocí, una de mis compañeras organizaba una muestra de comida vietnamita después de la clase, en medio del convivio Gustavo habló con la English teacher, y le comentó que hacía tiempo tenía la idea de sugerir la apertura de un taller literario en la escuela.
Estados Unidos tiene un programa de escuelas para adultos en todo el país, donde personas de diferentes nacionalidades, asiática, europea, pero en su mayoría latinoamericanas, aprenden o tienen la oportunidad de perfeccionar su inglés como segunda lengua.
En septiembre, un alumno colombiano, dos peruanos y tres mexicanos (en los que me incluyo), dentro de salón improvisado en medio de cajas y mobiliario del edificio, iniciamos la clase donde a través de poemas y lecturas breves latinoamericanas, también aprendemos inglés, aunque a veces la clase se convierta en una constante discusión de las diferencias culturales entre las costumbres latinoamericanas y las ‘gringas’.
La posición de sentirnos inmigrantes nos hace hermanarnos a través de nuestra lengua común, conocer gente que comparta costumbres similares, nos hace sentirnos por un momento en casa.
Gustavo es maestro voluntario en ESL, dice que es una forma de retribuir los privilegios que ha adquirido, pues hace doce años, llegó becado a Nueva Jersey para estudiar un posgrado, y hace seis es profesor en Oneonta, Nueva York.
Gustavo Arango es papá de Valentina y Mateo. No lo declara abiertamente, pero apuesto que su escritora favorita es su hija, quién este año ganó el ‘International Latino Book Award’ en la categoría de Mejor Libro Juvenil de No-ficción en inglés, con la obra ‘Memories of my Colombia’ (Memorias de mi Colombia).
Éste verano pasado, en la Universidad de SUNY en Oneonta, me hice la cuarta alumna de su clase sobre Literatura latinoamericana, donde leímos brevemente a Sor Juana, y cada una se encargó de explicar una cultura mesoaméricana, vimos un documental de Carlos Fuentes y analizamos el discurso de Gabriel García Márquez al recibir el premio Nobel en 1982, un texto plagado de metáforas de un exquisito realismo mágico y con referencia a las atrocidades que todo latinoamericano vive en su país, para mis tres compañeras no fue fácil entenderlo. Las clases fueron una golosina, pues cada una de nosotras, discutíamos desde la visión y entorno cultural de tres estadounidenses y una mexicana-oaxaqueña.
En noviembre 27, Gustavo presentará su novela ganadora ‘El origen del mundo’, en la Feria Internacional del libro en Guadalajara. La obra cuenta la historia de un profesor: Magnífico Delgado, que imparte un curso de verano sobre literatura, en una Universidad de los Estados Unidos y sus estudiantes son solamente mujeres.
Gustavo comenzó a escribir la novela en 2006, a lo largo de estos cuatro años, la obra ha sido ajustada y perfeccionada, hasta que una pequeña pregunta se convirtió en un pretexto para ser publicada.
Entre las obras más destacadas de Gustavo Arango está la publicada en 1995, ‘Un ramo de No me olvides’, obra basada en la trayectoria periodística de Gabriel García Márquez en el diario ‘El Universal’ de Colombia. Un libro, que según declara el autor, le resultaba un riesgo como escritor, porque no sonaba complaciente y en definitiva, el premio Nobel habría de leer. Tiempo después, el Gran Gabo le diría a Gustavo, que él sabía más de su vida que él mismo, y que su libro era una obra póstuma.
Oneonta, es una pequeña ciudad del estado de Nueva York, los más grandiosos paisajes naturales de otoño, los he visto aquí, el invierno amenaza y la pasividad del lugar, resulta ideal para un escritor, donde el silencio, la lectura y la escritura, son actividades que requieren concentración y soledad. Sus ‘quince minutos de fama’, como Gustavo hace referencia a su premio en México, lo han hecho recordar la ansiedad que le provocó su primer libro: ‘Un tal Cortázar’ publicado en 1987, después de esos quince minutos de fama, considera prudente regresar a su entorno, con su familia, a su trabajo donde enseña Español y a su departamento atiborrado de libros y fotografías, donde trabaja con su obra literaria.
El once de noviembre pasado, presentó en la Universidad de SUNY Oneonta, sus más recientes obras editadas en 2010, ‘El más absurdo de todos los personajes: Escritores y creación escrita en la narrativa hispanoamericana’, ‘Impromptus en la isla’ y ‘El origen del mundo’, en la presentación también habló de su método diario; escribir es su primera actividad del día. Comentó que uno de sus trabajos en proceso, tiene un archivo de más de trescientas páginas, entre historias y sueños.
Aún recuerdo el día en que antes de clases, mi maestro y amigo, corría a imprimir sus tomos para envíarlos al concurso, según los cálculos de las fechas, tendría el tiempo justo para que el paquete llegara antes de que cerrara la convocatoria, él no esperaba nada, pero tampoco perdía nada con intentarlo y lo improbable se hizo posible, los sueños se vuelven historias y crónicas qué contar. Atrás de un gran premio, hay también un sin número de casualidades.
Cuando uno de los jurados anunció la obra ganadora, aclaró que el escritor no vivía en México, no era mexicano, y que el libro no tenía nada que ver con las celebraciones, como si el subtexto fuera: no habla de narcotráfico, no es una novela histórica, y no hubo fraude, porque no conocemos ni sabemos quién es el escritor.
Ahora que soy parte del porcentaje de latinos inmigrantes en los EEUU, pienso que sin duda, el premio también es de una extraña coincidencia a la mexicana.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Cocinar a la mexicana
¿Les comenté que soy excelente cocinera? Si no he hablado de ello, supongo es porque he dado por hecho que todos lo mexicanos sabemos cocinar (primer error), y que para todas las mujeres oaxaqueñas saber hacer tortillas es una costumbreconsuetudinaria, como menstruar cada mes (segundo error).
Ahora que estoy lejos del suelo donde he nacido, y tengo tiempo y debo cocinar (porque si no me muero de hambre), recordé que hace tiempo en la prepa era la encargada de hacer los banquetes, que en efecto hace años trabajé en dos restaurantes, que en algunas pachangas grandes que organicé me chuté la chamba de hacer el plato fuerte, y que desde que tengo 6 años de edad soy capaz de hacerme de desayunar unos deliciosos huevos a la mexicana.
Eso no es novedad, tengo muchas amigas y amigos que han sobrevivido desde niños de esa manera y cocinan exquisitamente.
Las claves de la comida mexicana radican en saber: freír, hervir, y moler.
Pero también en medir la sal, dominar el uso del maíz, distinguir entre cilantro y perejil, conocer la variedad de hierbitas como albaca, hierba santa, hierba buena, hoja de aguacate, hoja de conejo, orégano, hierba de olor... y saber combinar la variedad de picantes como el chile guajillo, chile de árbol, chile morita, chile ancho, chile habanero, chile poblano, chile de agua, jalapeño, chipotle... y disculpen mi ignorancia, sé que hay más, pero esos son los que recuerdo.
Hace unas semanas conocí a un compa mexicano, que por un sólo comentario cayó de mi gracia. Ciertamente como todo país, la defensa de nacionalidades nos ha traído en conflicto, que si eres del istmo no entiendes la pasividad y la pobreza de lamixteca, si eres vallisto no entiendes la cerrazón de la sierra.
Mucha gente de Oaxaca tiene un acento muy marcado cuando habla un dialécto. Yo de la forma más respetuosa le pregunté si hablaba alguno.
El señor exaltado me respondió que no, que él tenía sangre de españoles... ¡uy mano! Fue ahí dónde se me hizo más notorio que el fulano era feo, chaparro, moreno y panzón... no, pos si mano, ¡se nota a leguas tu sangre de gachupín!
También fue ahí dónde descubrí algo en mí. Después de pregonar con orgullo la gloria de mi abuelo chino, la verdad es que eso ahora me vale madres. Los chinos comerciantes son unos ojetes aquí y en cualquier parte de México, su comunismo no ha hecho más que desilucionarme de Marx, estoy a favor de la liberación del Tibet, y me declaro seguidora del Dalaí Lama, ¡ya paren de ser mayoría en el mundo!, sufayuca ha contaminado el mundo de un capitalismo absurdo.
Fue con éste fulano sangre gachupina, cuando me dije ¡qué te haces pendeja, si eres tan indígena como Benito Juárez! Según el INEGI, es considerado 'indígena' todo aquel que hable un dialecto, yo no lo hablo, pero ¿qué seña más inequívoca la de saber cocinar con maíz, chile y frijol?
Con orgullo pregono, que sé hacer tortillas, atole, los mejores frijoles de todo NuevaYork, toda una serie distinta de salsas, sopas, caldos, mi especialidad que es el pollo enchilado, los chiles rellenos y las rajas de chile poblano.
El último guateque en el que estuve en el defe con mi familia, hicimos tamales de mole para una de mis tías.
Díganme si no eso es para sentirse orgulloso de ser heredero de una de las mejores riquezas indígenas: la mejor gastronomía de todo el mundo.
¿Qué seña más inequívoca que la de saber cocinar como lo hace la gente de pueblo?Héme aquí constipada de horror porque la comida, es eso sólo comida, su arte está situado en hacerse fácil y rápido, mientras que para hacer un platillo mexicanos a veces tenemos que esperar días.
Como el caso del mole, las patitas de puerco que deben dejarse reposar para que chupen el vinagre, o el pozole que al segundo día es más rico que el anterior...
En la comida he encontrado mi identidad, he reconocido todo ese conocimiento que he adquirido por más de veinte años... y mi madre me avala, sabe muy bien que sus tres hijos cocinan exquisitamente ese rollo de carne relleno de verduras, junto con la crema milenaria de zanahorias, o que nuestro ponche navideño es inigualable, o que nuestro flan napolitano es tan perfecto como el pan de yema y que nuestros frijolesnunca les faltarán la cebolla frita y la hoja de aguacate.
Gordo, discúlpame por esos huevos con chorizo, pero me siento intimidada cuándo sé que la suegra supera mi arte culinario, aunque en otro avatares culinarios contigo soy única, ja, ja, ja.
Yo no concebía en mi mundito pequeño y provinciano, que una mujer fuera capaz de presumir que se le quemara hasta el agua... pero en este país existen muchas. Acá los hombres cocinan mucho mejor, aunque sea guiados por recetas de libros y medidas exactas. ¡Qué carajos!
También me he admirado por el conocimiento sobre el maíz, que todo oaxaqueñotiene. El maíz es el mejor cereal, es una planta humana, es un invento humano, porque es el único cereal incapaz de reproducirse sólo, y las evidencias más antiguas de su existencia se encuentran en Oaxaca. Esto hasta el mismo Engels lo reconoce.
El maíz es tortilla, bebida, postre, grano, masa, hasta alcohol. Hoy en la mañana hicechampurrado. Extraño los sábados y domingos que durante toda mi vida en mi casa hemos tomado atole con chocolate (el atole es una debida de maíz), hemos comido tamales, memelas o empanadas como tradición exclusiva y suprema de los fines de semana. Como los aztecas, beber chocolate era un privilegio de la nobleza.
miércoles, 25 de agosto de 2010
Lo que se extraña
Siempre cuando uno está fuera de casa extraña todo. Incluso aquellas cosas que creíamos insignificantes. Pus aquí les va un listado de esas cosas insignificantes que en México son tan, tan, tan, comunes y tan imperceptibles, pero en los Estados Unidos no.
- Jabón Zote. Ríanse, si, ríanse, pero no existen lavaderos, ni jabón en polvo, esas cosas antiquísimas como la era de piedra, solo se consiguen en las tiendas especialistas de productos mexicanos. Si algo no tolero es portar las ropa puerca, pero, es inevitable, mi ropa blanca ya es de otro color, y mi ropa interior, huele a shampoo, jabón de baño, a todo, menos a ese jabón líquido que se le pone a las lavadoras.
- Pan dulce. No existen ni conchas, ni hojaldras, ni cuernos, ni pan tostado con mantequilla y azucar… aquí no hay de otra, pan francés con mantequilla.
- Pasito duranguénse, Sonora margarita, ya de perdis Selena en la radio! Amor prohibido murmuran por las calleees!!
- Caldito de pollo. Todos los restaurantes estadounidenses, aunque incluyen en su menú la sopa del día, todas tienen la consistencia de una masa espesa, poco apetecible, sin cara de ser líquida. Ustedes no saben lo que me costó encontrar un caldito de pollo decente!! (Diez dólares)
- eÑes. Los primeros dos meses no encontraba las eñes en los teclados y por supuesto ni los acentos, ni la apertura de los signos de interrogación y admiración. Hasta que fui a darme un paseo por una tienda MAC, le pregunté a un técnico cómo podía configurar el teclado y ¡listo! Fui la escritora más feliz del universo de ver de regreso a las eñes y a los acentos.
- Los puestos de comida que hasta la más chatarra en México es la más sana y baratísima que aquí. Ustedes saben, vivir en el defe lo provee a uno de muchas posibilidades, tacos, comidas corridas de 30 varos, ensaladas, empanadas, elotes… en fin, en el restaurante más barato de todos los pueblos circunvecinos a mi casa, el platillo cuesta de 10 dólares o más. Lo más decente y cercano a mis posibilidades cuando ando en la calle en Manhattan, es comer en los puestos árabes, donde el platillo incluye carne, arroz, ensalada y una salsa muy picosa, por 6 dólares más 2 de la bebida.
- El internet, en México es de a diez pesos la hora o hasta 5 varos. En definitiva tener una compu personal es lo más apropiado, en este mundo capitalista. En todos los cafés el wi fi es gratis, pero si deseas rentar una compu en cualquier parte de la ciudad, diez minutos cuestan dos dólares, y no hay a quién reclamarle, las computadoras tienen una maquinita especial dónde debes insertar los billetes. La compu de 10 pulgadas, está en 300 dólares.
- Transporte público. En Oaxaca se quejan porque la tarifa es de siete pesos, y digo tienen razón, pero en mis condiciones, creánme yo no me quejaría por pagarlos. Nueva York, y supongo todo el resto del país, no es lugar para peatones. El Subway o metro cuesta 2.25 dólares al igual que cualquier autobús, precio de Manhattan, comparen los 3 pesitos del metro en el defe, casi diez veces más. En mi pueblo, no existe transporte urbano, ni taxis, hace una semana se burlaban de mí porque había preguntado si existían taxis en Delhi (la ciudad más cercana de donde vivo), are you crazy? Ja, ja, ja.
- Frijoles. Todos los frijoles enlatados saben dulces!! ¿¿Cuándo, cuándo cuándo en México comemos frijoles dulces?? Cada mes cocino un kilo de frijoles para toda la familia, meto por poquitos a la nevera y los voy sacando y cuidando hasta la última cucharada.
- Salsa y tortillas. Dicen que yo amo las tortillas, pero eso no es cierto, las tortillas y las salsas son cosas con las que todos los mexicanos pobres crecemos, y se han vuelto cosas tan básicas, y necesarias que simplemente son parte de nuestra vida y de nosotros, sin ellas, hasta el cuerpo resiente la falta de maíz y chile.
Ah si, mi inglés va mejorando considerablemente...
viernes, 20 de agosto de 2010
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